Fidel Fontes es un joven profesor de Historia, que está culminando sus estudios de Derecho en la sede Maldonado de la Universidad CLAEH.

Fue uno de los asistentes más joven al Foro. Tiene en su doble condición de joven docente y estudiante un fuerte contacto con los jóvenes lo que hace valioso y relevante conocer su mirada del Foro, motivo por el cual se le realizó una entrevista.

Fidel Fontes está brindando cursos de historia en el liceo Departamental de la ciudad de Rocha, circunstancialmente, está terminando con el tema de Los Cien días de Napoleón y comenzando sobre la Revolución Hispano-Americana.

Interrogado sobre los aportes del Foro lo valoró como un espacio y una modalidad de intercambio que permite un conocimiento y reflexión, ante la carencia este tipo de espacios. Y en particular destacó la mirada desde la Economía Humana, una visión que procura articular la economía con las personas, yendo más allá de la frialdad de los números y ese acercamiento no solo es valioso y necesario en sí mismo, sino que es una oportunidad para aproximar a los jóvenes.

Nos concentramos entonces en aspectos vinculados a la historia que subyace en la guerra Rusia-Ucrania. Como buen historiador, su mirada sitúa acontecimientos puntuales, en un contexto mayor en el espacio y en el tiempo. Apoyado en historiador francés Fernand Braudel y retomando su propuesta de tres ciclos o tres períodos de la historia – corta duración, mediana duración y larga duración – y apoyado en la ponencia del José Rilla, nos incita a recordar las raíces del conflicto, en una historia que arranca hace más de 1200 años, en la creación de la Rus de Kiev, y alerta como centrarse solo en los hechos actuales o recientes no permite comprender lo que está sucediendo. Al agregar la mirada de la media y principalmente larga duración, no sólo se miran esos acontecimientos actuales y su causalidad fáctica, sino “aspectos biológicos, lógicos, pensamientos, ideas que trascienden la historia, que van más allá del tiempo”

En esa dirección, enfatizó la posible relación entre la Rusia actual y una Rusia imperial, gobernada por un Zar (palabra que deriva del emperador César en Roma) que se miraba como el representante de Dios en la Tierra, “entonces nadie lo podía juzgar terrenalmente, solo Dios”. Y retoma: “esa idea estuvo implementada en Europa durante años, imaginemos que esa idea, ese pensamiento continúe manifestándose a lo largo del tiempo (gracias a la larga duración de la historia) y ¿si Putin -un señor que tiene muchísimo poder –  se siente realmente un Zar? Tal vez puede llegar a las últimas consecuencias, con una conjetura propia de que no existe ningún tribunal internacional que lo pueda juzgar”.

También destacó esta guerra como una confrontación entre dos civilizaciones, con componentes religiosos en juego, existe una parte de Rusia que mira a Europa  y a Estados Unidos como una civilización en decadencia, mientras que otra parte entiende que ese es el camino hacia el progreso. También se debe destacar la ausencia en Occidente de un lider, no solo con poder, un líder además “carismático”, que constituya una suerte de interlocutor de peso frente a Putin, sin duda que se nota la falta de Angela Merkel, parecería que hoy en día Joe Biden no llegaría a cumplir ese rol tan requerido. Sin ir más lejos, todos estamos expectantes en que sucederá con Taiwán y el impacto de la visita de Nancy Pelosi.

El mundo político se encuentra en constante movimiento,  pienso que Fukuyama se equivocó con “El fin de la Historia y su último hombre”, aunque sí vendió muchos libros.

“La ponencia del Economista Gabriel Oddone me resultó muy interesante, ya que expresó que este conflicto puede ser la antesala a la pérdida de la «Pax Americana» y el detrimento del predominio cultural y del capitalismo liberal de la democracia estadunidense, ¿ante quién? Y podemos referirnos a lo que decía Napoleón Bonaparte, allá por el siglo XIX, este anunciaba  que China estaba dormida, «no lo despierten, pues cuando lo despierten, el mundo va a empezar a temblar». Creo que siglos después está ocurriendo justo eso.”

En un momento posterior de la entrevista, el intercambio se orientó hacia la mirada que los jóvenes podrían tener de estos acontecimientos.

Fontes destacó que no pretendía hablar de los jóvenes en general, pero en ciertos espacios, se podía reconocer una suerte de contradicción entre una globalización y una ausencia de percepción de la misma: “Por que tal vez está todo en la globalización, ya no vivimos en una burbuja, el mundo desde hace años es global y tal vez esa dimensión no se capta realmente”.

En los ambientes de jóvenes estudiantes, hay conocimiento y cierta preocupación por la guerra, pero no queda claro hasta donde hay una percepción que acontecimientos como este conflicto, de alcance global pueden llegar de alguna manera a nuestas vidas.

Articulando con la Economía Humana, surge entonces la necesidad de aprender y “aportar nuestro granito de arena, para que este tipo de conflictos nunca llegue a nuestra zona de vida, llámese Uruguay o América Latina.”

En esa dirección, el conocimiento de la historia puede hacer su aporte. Su tarea docente no consiste solamente en enseñar historia, sino también en mostrar como debemos aprender de la historia, el no volver a cometer los errores del pasado: “quiero cerrar así, cada acontecimiento se encuentra encadenado con otro, todo tiene que ver con todo y que mediante la historia siempre tratamos de estudiar, el porqué de las cosas”.

Al final, se vuelve a recordar la importancia de la Economía Humana: “Lo que comentaba [el Cdor. Enrique] Iglesias la otra vez en su charla en nuestra Facultad: la Economía Humana, como bien dice la palabra, como mencionaba también Lebret, pone al ser humano como centro con el fin de hacer una economía más cálida, no tan alejada, una economía más coherente y basada en valores.”